miércoles, 12 de febrero de 2014

Para el trayecto que debían realizar a través de la cordillera de los Andes hacia los valles de Chile, los dos expedicionarios del avión estrellado llevaban entre sus provisiones algunos cientos de dólares, porque creían que al llegar a la civilización habrían de tomar un tren desde Santiago a Buenos Aires, de allí un barco que los llevara a su país en donde llegarían tal vez caminando hasta sus casas, tocar el timbre y presentarse ante sus padres para decirles que estaban vivos. Para ellos la sociedad los había abandonado y pensaban que debían ser autosuficientes hasta las últimas consecuencias.

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