viernes, 12 de junio de 2015

Soñé que yo era la nieve
cayendo en la ciudad
y vos eras la barredora
levantándome de las cocheras de la gente.
Yo era una estrella supergigante roja sin densidad,
como el proyecto inestable
de un fantasma amistoso.
Yo era una flota de brillantes ovnis
meciéndose en el cielo nocturno.
Voy a esperar en la penumbra
una promesa de pureza.
En clubes de ajedrez, pacientemente
bajo las mesas, en silencio, una mañana fría
mientras los ajedrecistas piensan su jugada
y toman café y vuelven a pensar.
Voy a rememorar momentos de facebook
esperando una promesa de pureza
que me devuelva a mi estado original
de Hijo del Sol.